12.12.08

Murió el último pez de mi hermana Sofía, a tres días de cumplir con ella dos meses exactamente. Peces beta: pueden habitar una copa y deben, por naturaleza mantenerse solos, porque siempre matan a su acompañante. Benito Nicolás, se llamó, emblemáticamente. Me mostró el cadáver todavía en el agua, chocando la cara contra la grava morada y no, no estaba llorando. Justo ayer me regañó por confesarle al animal que su mamá no lo quería; "quiero que se muera, pero nimodo que lo deje sin comer o lo asfixie sin agua". Yo se lo dije al pez y creo que me entendió, porque en la mañana, con el cuerpo lleno de ich, ya no se movía. Y soñé muchas cosas en la siesta, letras, medicinas, correr de noche por una carretera y más tarde, ya despierta, vi un ángel custodiando un par de bolsas de basura, sentado en la banqueta. Tengo a the knife, tengo a placebo, a les luthiers en yt; a radiohead lo evito porque no soy capaz de evitar el recuerdo. Rechazo 3 salidas: todo en tiempo presente. Mutando a frío, estoy, a blanco. Casualmente, terminé un par de peces: de la vida y de la muerte. Apenas pienso en la mañana, en los hombres que dejé de querer, en el pez, y cinco huesos los coronan.

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