la brújula, el juguete, los aretes, el retrato, el termómetro, el bolso plateado, los brasieres, la botellita de mezcal, la ropa de tronar, la máscara que venía en el charanda, mi museo. Hacen crack en un cero antes-después de ti, y la era se culega tu nombre al cuello, y collares de saliva se me renuevan cada tercer día, porque el corazón matraca en pro de tu presencia. no es la gran canción ni la primera que canto en tu honor, pero es para que aumente el eco a través de la distancia que me prometí atravesar contigo. En este tiempo, el cielo líquido.
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