29.3.12

Hemos tenido algunos cuentos estos días. Todos referentes al descubrimiento de mi falta de talento para poner en un solo lugar las cosas que amo. De ver y ver basura. De no convertir las cosas en lo que podrían. Hasta que me encontré con la calle. Desde la ventana. Viendo la tienda. Por su ventana. Temporada de remate. Lo que nos separa es una calle. El disco de Gotan. Horas. Qué me hace estar en esta ventana. Llovieron calabazas. Llovió donde nunca. Y yo como José Emilio: Y yo tan ridículo con mi trajecito blanco y mi raqueta y mi Perry Manson. Sin pensar me paré en la calle. Entré en la tienda. Tenía razón: hay monstruos que no deben enfrentarse.

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