o la luz que emanaba de tu frente.
Apagué la luz del faro
pero no era tarde ni había embarcaciones
a la vista.
Sólo la tranquilidad del viento salado
la certeza de tener que irse
con una bengala hacia otra parte
y perder la noción de las horas
Olvidar las rutas y las coordenadas
Aprender a no atisbar barcos piratas
Despedirse de las perlas
de las ostras.
Salir de noche tocar arena
Ahogar a las gaviotas cuando suba la marea
Que después de todo no se queda el mar a oscuras
Siempre quedará una estrella
.
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