19.9.07

o la luz que emanaba de tu frente.

Apagué la luz del faro pero no era tarde ni había embarcaciones a la vista. Sólo la tranquilidad del viento salado la certeza de tener que irse con una bengala hacia otra parte y perder la noción de las horas Olvidar las rutas y las coordenadas Aprender a no atisbar barcos piratas Despedirse de las perlas de las ostras. Salir de noche tocar arena Ahogar a las gaviotas cuando suba la marea Que después de todo no se queda el mar a oscuras Siempre quedará una estrella .

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